Fachada ventilada: funcionamiento y ventajas

Fachada ventilada

En el mundo de la arquitectura contemporánea, la búsqueda de soluciones eficientes que combinen estética y funcionalidad es constante. Entre las innovaciones que han ganado popularidad se encuentra la fachada ventilada, una técnica que ofrece una serie de beneficios tanto en términos de rendimiento como de diseño. En este artículo, exploraremos qué es una fachada ventilada, cómo funciona, sus ventajas y por qué cada vez más edificios optan por esta solución.

¿Qué es una fachada ventilada?

Una fachada ventilada es un sistema constructivo exterior que consiste en la instalación de un revestimiento no continuo sobre una capa aislante, dejando un espacio de ventilación entre ambos. Este espacio permite la circulación del aire, creando un efecto de convección que contribuye a regular la temperatura y la humedad del edificio.

Cómo funciona una fachada ventilada

La fachada ventilada funciona mediante un principio básico: el aire circula libremente entre el revestimiento exterior y la pared estructural del edificio. Durante el verano, el aire caliente se evacua naturalmente, reduciendo la acumulación de calor en el interior. En invierno, el espacio de ventilación actúa como un aislante adicional, manteniendo el calor generado en el interior y protegiendo la estructura de posibles daños por condensación.

Fachada ventilada en verano

Durante los meses más cálidos, la fachada ventilada actúa como un escudo térmico, evitando que el calor penetre en el edificio. El aire circula entre el revestimiento y la pared, disipando el calor acumulado y ayudando a mantener una temperatura interior confortable, lo que reduce la necesidad de utilizar sistemas de refrigeración y, por ende, el consumo energético.

Fachada ventilada en invierno

En épocas frías, la fachada ventilada ofrece un aislamiento adicional al edificio. El espacio de ventilación actúa como una barrera térmica, previniendo la pérdida de calor y reduciendo el riesgo de condensación en el interior. Esto no solo mejora el confort de los ocupantes, si no que también protege la estructura del edificio de posibles daños causados por la humedad.

Partes de la fachada ventilada

Una fachada ventilada está compuesta por varios elementos clave, que incluyen: 

  • El revestimiento exterior. 
  • La capa de aislamiento. 
  • El espacio de ventilación. 
  • La pared estructural del edificio.

Cada uno de estos componentes cumple una función específica en el funcionamiento del sistema y en la protección del edificio contra los elementos.

Ventajas de instalar fachadas ventiladas

La elección de una fachada ventilada ofrece una serie de ventajas significativas para los edificios, entre las que se incluyen:

Evita la condensación y la humedad

Al crear un espacio de ventilación entre el revestimiento y la pared, la fachada ventilada ayuda a eliminar la humedad y previene la formación de condensación en el interior del edificio, lo que reduce el riesgo de daños estructurales y problemas de salud asociados con el moho y la humedad.

Prolonga la vida útil de la fachada

La circulación de aire proporcionada por la fachada ventilada ayuda a mantener seca la estructura del edificio, lo que prolonga la vida útil del revestimiento exterior y evita la degradación prematura causada por la exposición a la humedad y otros elementos climáticos.

Reduce los movimientos estructurales

Al regular la temperatura y la humedad, la fachada ventilada reduce la expansión y contracción de los materiales de construcción, lo que disminuye la probabilidad de grietas y daños en la estructura del edificio a lo largo del tiempo.

Mejora el aislamiento térmico y acústico

El espacio de ventilación actúa como una capa adicional de aislamiento, mejorando tanto el confort térmico como acústico del edificio al reducir la transmisión de calor y sonido a través de las paredes exteriores.

Elimina los puentes térmicos

La instalación de una fachada ventilada elimina los puentes térmicos, que son puntos débiles en la envolvente térmica del edificio donde se produce una transferencia de calor no deseada, lo que aumenta la eficiencia energética y reduce los costos de calefacción y refrigeración.

Aumenta la eficiencia energética

Al reducir la carga térmica del edificio y mejorar su aislamiento, la fachada ventilada contribuye a una mayor eficiencia energética, lo que se traduce en ahorros significativos en los costos de energía a lo largo del tiempo.

Requiere poco mantenimiento

La fachada ventilada es un sistema de bajo mantenimiento, ya que su diseño minimiza la acumulación de suciedad y la necesidad de limpieza frecuente, lo que reduce los costos de mantenimiento a largo plazo.

Aporta valor a la edificación

Además de sus beneficios funcionales, la fachada ventilada también agrega valor estético y arquitectónico a los edificios, ofreciendo una apariencia moderna y elegante que puede aumentar su atractivo y su valor en el mercado inmobiliario.

En conclusión, la fachada ventilada emerge como una solución arquitectónica eficiente y estéticamente atractiva que ofrece una serie de beneficios relevantes en términos de rendimiento y diseño. Desde su capacidad para regular la temperatura y la humedad hasta su contribución a la eficiencia energética y la prolongación de la vida útil de los edificios, este sistema constructivo se ha convertido en una opción cada vez más popular en el mundo de la construcción.

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